Restaurant la Bota - Roda de Berà, Tarragona

Laura G.

Me recomendaron el restaurante, y quedamos encantados. El restaurante es muy acogedor, te atienden rápido y muy bien. Los platos estaban exquisitos, y venían en cantidades muy generosas, nos quedamos con ganas de probar algunos platos más, así que sin duda volveremos.

José A. P.

Excelente restaurante. Menú 25 eur y carta muy extensa. Amplia bodega. Mucha luz natural. El precio es acorde a la calidad. Decoración cuidada. Aparcamiento gratuito. Exquisita paella.

Carla

Las mesas son muy grandes y amplias. El espacio entre mesas también es amplio, se agradece poder levantarte sin problema.
La comida buenísima y su precio es adecuado.
El personal atento y agradable.
Volveremos.

RAMÓN F.

Ubicado en el encantador pueblo de Roda de Berà, La Bota es un restaurante con una personalidad muy particular. Su decoración rústica y original transporta al comensal a un ambiente acogedor y tradicional, pero lo más sorprendente es sin duda el salón interior dentro de una enorme bota de vino. Este espacio privado, con una gran mesa redonda para hasta 14 personas, es un detalle único que añade un toque especial a la experiencia.

Fuimos a comer un viernes al menú del mediodía (23 € por persona) y comenzamos con unos entrantes que dejaron buenas sensaciones. Los boquerones fritos estaban muy frescos, con una fritura en su punto, crujientes y nada aceitosos, un acierto total. También probamos un salteado de gambas y setas, bien elaborado y jugoso, con un buen equilibrio de sabores.

Sin embargo, los problemas llegaron con los platos principales. Pedimos una fideuá y un arroz, pero lamentablemente ambos estaban excesivamente salados, hasta el punto de hacerlos pesados de comer. A pesar de que la base de sabor parecía buena, el exceso de sal eclipsó cualquier otra apreciación. Aunque la presentación era muy cuidada—cada plato servido en su propia paella individual—el fallo en el punto de sal hizo que tuviéramos que dejar parte de la comida.

Para terminar, en los postres tampoco encontramos nada memorable. La tarta de queso resultó demasiado seca, lo que le restó disfrute, aunque su sabor no era malo. La crema catalana, por su parte, era correcta, pero sin ningún rasgo diferenciador que la hiciera especial.

En cuanto a la relación calidad-precio, nos pareció algo elevada considerando los fallos en la ejecución de los segundos platos. Por 60 € en total (incluyendo una botella de vino), esperábamos una experiencia más redonda, especialmente en los arroces, que son un pilar fundamental de la cocina mediterránea. Si mejoran el punto de sal y la textura de los postres, el menú podría estar mucho más a la altura del precio.

En definitiva, La Bota tiene un encanto innegable en su ambiente y algunas elaboraciones bien logradas, pero hay margen de mejora en ciertos platos para justificar mejor el coste del menú.

Hacía mucho tiempo que queríamos encontrar la oportunidad de ir a este restaurante, tenemos una casa cerca y queríamos encontrar un lugar nuevo donde ir a comer los fines de semana. Es una pena no haber podido cubrir nuestras expectativas.

Pablo M.

Restaurante muy bonito, amplia terraza, y grandes salones con sitio para jugar niños,cerca de la playa y al lado del arco de bara, comida típica catalana y casolana, las croquetas muy recomendables, son croquetones y con textura y sabor muy logrados. El arroz de montaña muy sabroso. El postre la tarta de queso un poco seca, esperábamos algo mas casero la verdad, pero merece la pena. Buena relación calidad precio. Volveremos.

Anais L. J.

Excelente restaurante. La comida es siempre de 10, todo buenisimo, buena elaboración y muy buen producto y fresco, los postres que hacen caseros tambien sublimes!! El lugar es grande, bonito y muy elegante! Y si tienes niños, tienen una zona preparada para que ellos se diviertan sin que molesten a los comensales. Decidí probarlo hace unos 3años y desde entonces es habitual para mi ir cada "x" tiempo porque me encanta!!

Lidia L.

Pedimos el menú gran calçotada. Los calçots estaban pasados, mal asados, apilados como si llevasen un día entero en la teja.

Cuando solicitamos que nos los cambien, llega el encargado con dos nuevas raciones, nos pide que los probemos y nos da lecciones de cómo pelarlos, dando por supuesto que es la primera vez que comemos calçots. Impresentable. El resto del servicio, encantador.

La salsa de calçots, pastosa y apelmazada, imposible de untar en el calçot, e insulsa.

La carne y las verduras del segundo plato estaban correctas.

MIGUEL V.

Todo genial. Los precios no son exagerados. Y todo está muy bueno. Y gran variedad de platos bien cocinados. El ambiente también es muy acogedor con muchas zonas diferentes.